Mi nombre es Olga Flores. Vivo en el barrio Pilar II de Bariloche desde los 6 años. Mi abuelo le compró el terreno a Antonio Buenuleo a través de venta de leña, y sé que tanto él como mi familia trabajó muchísimo para pagarlo. Sacaba maderas del fondo, donde tiene Friedrich su terreno, hacía tablas, y con eso fue pagando los terrenos. Mi abuela, que falleció hace 14 años, vivió acá toda su vida, aunque la familia Buenuleo eso no lo reconozca.

Recuerdo que mi abuela recorría todas las casas del barrio, y varias veces fuimos a la casa de Antonio Buenuleo a tomar mate. Yo me quedaba en un rinconcito porque ella era muy estricta y me decía “vos te quedás acá mientras yo converso y tomo mate”. Solía estar horas. Yo me llevaba muy bien con todos hasta que llegó Ramiro Buenuleo, nieto de Antonio. A partir de ese momento es que empezaron a armar la “Comunidad Buenuleo”, y se arruinó todo. 

Hoy tenemos muchos conflictos con la familia Buenuleo, no nos dejan vivir en paz. No nos dejan sacar leña de nuestro propio terreno, tenemos que comprarla. Pasan, insultan, pelean. Es todo el tiempo convivir con agresiones. Tengo mis nenes que son chiquitos y viven encerrados, me han baleado un perro que ahora ya no quiere salir de la cucha. No me quiero ir, este es mi lugar. Antes de que armen la comunidad, acá había paz. Vos venías acá y nadie te molestaba

Lo único que pedimos es vivir tranquilos y en paz en lo que es nuestro, lo que nos corresponde. Yo tengo mis animales, tengo muchas gallinas, muchos pollitos, chanchos. Es la vida que querían mis hijos. A ellos les encanta el campo, son nenes criados en el campo. Ellos acá son felices. Van al colegio, vienen, los fines de semana les encanta estar acá y cuidar los animales.

Al terreno nunca lo pudimos escriturar y la Municipalidad nunca hizo nada. Antonio Buenuleo vendía, hacía que la gente trabaje, le cobraba por bajar la leña y les iba entregando terrenos. Por ejemplo, mi tío hizo un montón de caminos que están más arriba y así pagó 3 hectáreas que hoy tiene él.

“Los Buenuleo no son mapuches”

Nunca Buenuleo fue mapuche. Jamás. Buenuleo vendía la misma tierra más de una vez. O sea, un mapuche no hace eso. Un mapuche trata de cuidar su tierra. Yo conozco a la Comunidad Ranquehue, ellos cuidan la tierra, se llevan bien con todo el mundo. En cambio, Ramiro Buenuleo y Viviana Álvarez (su pareja) pasan, insultan y amenazan. Yo creo que si verdaderamente descubren que ellos no son comunidad mapuche, esto se termina. 

Yo no tengo nada en contra de las comunidades, pero con las verdaderas, no las falsas. Sé que ellos son una comunidad falsa. Conocí a Buenuleo a los 6 años y ahora tengo 43. No me pueden venir a decir que del día a la noche van a ser una comunidad. No son una comunidad, son una familia. Respetémonos como familias.

A Ramiro le molestó que hayamos venido a ocupar lo que es nuestro. Me encantaría que se haga justicia y nos entreguen los títulos de los terrenos. Que ya tenga una escritura, años llevamos peleando, años pagando Municipalidad, años que vienen, mensuran mal, que hay que volver a mensurar. La Justicia va por el lado de las comunidades.

Esto fue laburo de mis papás, de mi abuelo, de mi abuela, de mis tíos. Quiero que se reconozca lo que fue la Sucesión Vera. Yo me crié acá en el barrio. Que me haya ido y que haya vuelto no quiere decir  que no me acuerde. Incluso a mí me querían entregar un terreno más allá y yo dije que no. Toda la vida venía a hacer leña con mi mamá donde está el maitén y yo dije el maitén es mío. Yo vine e instalé mi casa acá porque con mi mamá hacíamos leña acá. Este es nuestro lugar, este terreno.  

Testimonio de Olga Flores. Junio 2022.