Somos antiguos pobladores de la Estancia Chenqueniyen, ubicada a 140 kilómetros de Bariloche. Desde principios de siglo tenemos permanencia. Allí nacieron todas mis tías y mi padre, en 1916. Durante 5 generaciones tenemos posesión en el lugar gracias al esfuerzo y el trabajo de todos mis antecesores.
Tenemos titulo de propiedad otorgado legítimamente por la provincia de Río Negro y con todas las normas legales vigentes. Siempre con todos los vecinos hemos tenido una muy buena relación de vecindad, inclusive con la comunidad Cañumil.
A partir de 2008, empezamos a sufrir una serie de atropellos y violencias contra nuestra propiedad que nos paralizan la producción e impacta terriblemente en nuestro trabajo.
En el 2008 sufrimos la usurpación de varias de nuestras hectáreas, en una porción de campo denominada “invernada”. En 2012, luego de un juicio penal, tuvimos que acceder a un acuerdo de convivencia con el compromiso de que cualquier reclamo de tierras se realice por la vía civil.
En el año 2009, en el campo de mis abuelos maternos ubicado en Ñorquinco, personas que dicen pertenecer a comunidades ocuparon la casa de mis bisabuelos maternos, todas sus instalaciones, y talaron árboles de más de 100 años para usarlos como leña.
En noviembre de 2020, integrantes de la comunidad Cañumil ocuparon la invernada de uno de los campos, el juez ordenó un inmediato desalojo pero lo recusaron y frenaron la medida cautelar. Estamos a la espera de una nueva audiencia.
Por último, en junio de 2021 sufrimos la quema de un puesto lindero a la ocupación. Entraron de forma violenta, cortando cadenas, candados, tirando los alambrados. Formaron corrales y un puesto con árboles de especies autóctonas (lenga y ñire). También robaron ganado vacuno y ovino, cortándoles las orejas para que los propietarios no reconozcan las señales.
Estamos totalmente desamparados porque violentaron nuestra propiedad, con mis primos no podemos acceder a los campos, la verdad que tenemos miedo porque es gente muy violenta.
Somos 4 generaciones que venimos pagando impuestos, incluso aquellos que corresponden a tierras ocupadas, y dando trabajo a toda la gente de la zona. Todo esto nos imposibilita seguir produciendo.
Siempre hicimos todas las denuncias a través de la vía legal. No es el caso de ellos que actúan de otra manera. Estamos desprotegidos porque vivimos en zonas muy inhóspitas, donde los caminos son de difícil acceso, y estas situaciones requieren de actuar rápidamente tanto de la justicia como de las fuerzas públicas.
La ley 26.160 no nos permite avanzar en juicios civiles ni hacer desalojos.
Creemos que tienen un apoyo logístico, que no están solos.
Testimonio de Nélida Cristina Mohana y Facundo Kohan Mohana en el 1° Foro de Consenso Bariloche, 28 de agosto de 2021, en el panel de damnificados por usurpaciones.