“En Villa La Angostura nunca hubo una comunidad mapuche”, asegura Pablo Antriao, uno de los vecinos que más se opuso a los reclamos territoriales de la comunidad Paicil Antriao. Sostiene que recién en 2006 se formó esa comunidad y comenzó a utilizar su apellido para legitimar la ocupación de tierras.

Pablo, nacido y criado en la Villa, es tataranieto de José Ignacio Antriao, quien llegado desde Chile a fines del siglo XIX trabajó en la Comisión de límites, por lo que el Estado nacional le otorgó en 1902 una fracción de 625 hectáreas en condominio con José María Paicil.

El condominio fue subdividido en los años 40, a los Antriao les tocaron 272 de las 625 ha. “Malos manejos” y ventas mediante, Pablo y sus hermanos recibieron 12, y afirma que personas desconocidas “conformaron una supuesta comunidad” para reclamar el resto.

“Cuando se les pregunta el nombre y el apellido, contestan: ‘Yo soy miembro de la comunidad y punto’”, protesta Pablo, y agrega: “Hay chilenos, argentinos, paraguayos, uruguayos… En los últimos años se han incorporado familias de acá, pero deben ser sólo el 10% de la usurpación”.

Pablo Antriao forma parte del Colectivo de Damnificados del Barrio Belvedere, conformado por familias de larga historia en la Villa, para “visibilizar la falta de atención desde los organismos competentes del Estado a la problemática territorial en la ciudad”.