En la resolución que ordenó la restitución a sus dueños de los predios usurpados en Villa Mascardi, la jueza federal Silvina Domínguez también requirió a la Administración de Parques Nacionales que conserve debidamente la “talla antropomorfa y su espacio circundante” que integrantes de la Lof Lafken Winkul Mapu construyeron en el lugar, por tratarse de un espacio de culto mapuche (rewe).”
La Junta Vecinal de Mascardi expresó ayer preocupación y sostuvo que habilitar la permanencia en el lugar de quienes consideran enemigos a ciudadanos argentinos por habitar y transitar el Parque Nacional es una medida sin fundamento que mantiene vigente el terror en la zona.
Citaron el comunicado de la fiscalía que señaló que los miembros de la lof “han pretendido hacer propios -por la fuerza y la violencia- diversos predios en Mascardi, sin ninguna prueba de su ancestralidad en el lugar, sin seguir las vías que el Estado de Derecho prevé”.
La decisión de la jueza, considerada sorpresiva por los vecinos, obliga a los propietarios de las viviendas restituidas a convivir con los usurpadores a metros de sus casas. La comunidad Wiritray, asentada legalmente en el lugar, afirmó que el único rewe está en su territorio.
Comunicado completo:
VILLA MASCARDI: ¡EL CONFLICTO CONTINUA!
La comunidad de Villa Mascardi quiere expresar su profunda preocupación por la inesperada decisión de la jueza Silvina Domínguez de preservar como espacio de culto mapuche parte de las tierras usurpadas de Parques Nacionales por la banda delictiva Lafken Winkul Mapu porque les reconoce, a ellos y a todos sus cómplices que los apoyan rechazando el estado de derecho, derechos como comunidad indígena que no han podido ser acreditados.
En un reciente comunicado la fiscal federal de Bariloche aclaró que el reclamo de la agrupación LWM no se origina en la ocupación tradicional y pública de las tierras sino en “una visión que tuvo, en 2017, una niña -que en ese entonces, tenía 16 años- que se autoproclamó machi. La joven soñó que sus antepasados le indicaban que allí debían asentarse”. En este caso, mencionó “Han pretendido hacer propios -por la fuerza y la violencia- diversos predios en Villa Mascardi, sin ninguna prueba de su ancestralidad en el lugar, sin seguir las vías que el Estado de Derecho prevé…”. “El acrecentamiento de la violencia, el ataque directo con armas de fuego a los funcionarios de las fuerzas de seguridad y la nueva extensión de la ocupación – incluyendo dos nuevas propiedades- fueron parte del desencadenante de la última solicitud de desalojo”.
Hay al menos siete personas de esta banda que están imputadas y procesadas en las distintas causas judiciales que no han sido detenidas. María Nahuel, líder de la banda LWM procesada por la justicia por la usurpación y otros numerosos delitos, mientras se efectuaba el procedimiento el día 4-10 declaró “por más que nos saquen vamos a volver” y profirió amenazas varias mientras continúa en libertad. Dirigentes mapuches como Orlando Carriqueo coordinador del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro repudian el desalojo, convocaron a numerosas manifestaciones de apoyo a esta banda delictiva y desafiaron a las autoridades el día 10-10 con una ceremonia alrededor del fuego encendido en la playa (donde está prohibido hacer fuego) de las tierras en conflicto. Este acto fue calificado como “fantochada” por la comunidad mapuche Wiritray, reconocida por la legislación argentina en Villa Mascardi, en un comunicado del día 12-10 en que denuncian “el vandalismo espiritual que supone la mala praxis ejercida por estos intrusos” y expresaron: “Reiteramos por enésima vez, que el único rewe como tal, o entiéndase “Sitio Sagrado”, en todo la zona, está en el corazón del territorio de nuestra comunidad” sita en la cabecera norte del Lago Mascardi.
Habilitar mediante el reconocimiento de este falso lugar de culto la presencia y permanencia de quienes consideran a los ciudadanos argentinos sus enemigos por habitar y transitar el Parque Nacional en Villa Mascardi, es una medida sin fundamentos válidos que mantiene vigente el terror en la zona e impide el uso y goce de la propiedad.