En busca de apoyo ante el desalojo que dictó la Justicia, lof Paillako convocó a la comunidad local a acercarse a la seccional El Maitenal del Parque Nacional Los Alerces, en Chubut, que mantiene ocupada desde 2020. Plantean conversar y exponer su visión histórica. 

La convocatoria está dirigida “a toda la gente mapuche, a los pobladores, pobladoras y ex pobladores, brigadistas del Parque Nacional Los Alerces, vecinos y vecinas de Esquel y Trevelin, organizaciones sociales, medios de comunicación y personas en general”.

Mientras, la Asociación Gremial de Abogados comunicó en sus redes sociales que el martes pasado logró que la Justicia suspenda el desalojo de la seccional del Parque Nacional Los Alerces, pedido por la Administración Parques Nacionales, hasta que exista una resolución definitiva.

“Lo que sucede en Los Alerces es icónico, tomaron una seccional, un sitio destinado a que los guardaparques desarrollen sus tareas. Eso suma algo adicional a la necesidad de que el desalojo se produzca”, expresó el titular de la Administración de Parques Nacionales, Cristian Larsen. 

Sobre los incendios del verano pasado en Los Alerces, el funcionario expresó que el referente de la usurpación, Cruz Cárdenas, “es uno de los principales sospechosos” de iniciar los incendios y “creemos que si desalojamos a Cárdenas, por lo menos mitigaremos la situación”. 

Relato de los guardaparques

Sobre Paillako, el Sindicato de Guardaparques Nacionales denunció en 2020 que atacó vehículos oficiales con piedras, rompió una ventana de la seccional que luego invadió y obstaculizó la pista de aterrizaje para operar con medios aéreos en los incendios forestales. 

Los guardaparques afirmaron que miembros de la lof también cerraron caminos internos con piedras, quemaron un puente de madera y destruyeron un elemento del patrimonio cultural: una cruz muy apreciada por los pobladores de Villa Futalaufquen”. 

Además, suman las dificultades con los pobladores históricos de la zona por el manejo de sus animales, ya que les impidieron renovar los alambrados que destruidos en uno de los incendios, por lo que no podían controlar el ganado.

Fuente: El Cordillerano y ANRed