El 4 de octubre de 2022, 200 efectivos de la Policía Federal ingresaron -por orden de la jueza Silvina Domínguez- a las tierras usurpadas por la Lof Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi. Desalojaron los 9 lotes ocupados y detuvieron a un grupo de mujeres, los hombres escaparon.
Desde entonces, en Mascardi quedan las ruinas de los edificios y viviendas vandalizadas e incendiadas entre 2017 y 2022. “Vivimos 5 años de terror”, le dijo una pobladora al diario RÍO NEGRO, mientras que los propietarios de las viviendas destruidas aún no se animan a reconstruirlas.
La antigua pobladora mencionó que se recuperó una relativa tranquilidad, pero lo atribuyó a la presencia permanente de miembros de las fuerzas de seguridad que custodian la zona. Hoy en día en la zona hay gendarmes, policías federales y personal de Prefectura.
Otra mirada sobre el conflicto
En tanto, desde las organizaciones mapuches tienen otra mirada: argumentan que la toma de las tierras en 2017 fue un acto de recuperación territorial mapuche e insisten en que el desalojo “de ninguna manera era la opción que iba a solucionar el conflicto”. Continúa la tensión.
Los pobladores aún viven con miedo de que los violentos regresen, mientras hay mapuches imputados por usurpación y otras causas, prófugos. El gobierno, por su parte, intentó aportar a la resolución del conflicto a través de una mesa de diálogo que no tuvo éxito, y que fue criticada tanto por pobladores como mapuches.
Foto: Marcelo Martínez (RN).